martes, 27 de julio de 2010

Vampiros, hombres lobo y mujeres frustradas

Atrás quedaron ya Béla Lugosi, Boris Karloff, Lon Chaney y su hijo. Sepultados ya, en sus memorables féretros, el Nosferatu de Max Shreck y hasta el vampiro de Germán Robles. Podemos decir lo mismo del "Drácula" de Cristopher Lee, pero el Señor de los Anillos y Star Wars han mantenido a flote a dicho actor.

Las nuevas generaciones, ahora, al escuchar "vampiro" u "hombre lobo" piensan en cine, igual que nosotros, pero no en el mismo tipo de personaje. Piensan en Twilight (yo le llamaré "la saga Escrúpulo) y sus cinco (o no sé cuántas) secuelas. La protagonista, apodada Bella (posible referencia a La Bella y la Bestia, indicando que se revuelca con puro monstruo) que llega del sur de EU a otro pueblo gringo, cerca de Canadá, conoce a unos vampiros en la escuela, se liga a uno, se entera de que es vampiro (investigando en wikipedia y cosas así) después juega béisbol con ellos, los retan otros vampiros pero que son "malos" (porque sí atacan humanos, y no a animales solamente como los otros), quieren chuparse a la Bella, el novio vampiro la salva, fin. En la segunda parte se entera que uno de sus amigos es nativo "indio" y hombre lobo, enemigo de los vampiros. Y actúa casi igual de cursi que el vampiro, pero ella prefiere a este último y en la 3 decide comprometerse con él y se da unos besos con el licántropo. Obviamente, en su modalidad humana, no es tan zoofílica como aparenta.

Sin embargo, a pesar de que es la protagonista, es uno de los personajes más débiles y neutros de la saga (sólo he visto 2 de las películas, la primera y la tercera). Ella ni vuela, ni tiene poderes, ni le cambian de color los ojos ni se arranca la ropa. Los otros 2 que la acompañan sí hacen eso, y más ¿por qué? Para que más pubertas se identifiquen con ella. Pero nos damos cuenta que es la proyección de una treintona insatisfecha con los hombres. Hablemos ahora de los "monstruos". Diariamente vemos hombres en la vida real que, ni vuelan, ni abollan camionetas con tres dedos, ni les salen chispitas cuando les da el sol (porque desafortunadamente, estos vampiros así no se mueren), ni se convierten en lobos.